Ejemplos de autótrofos
Los expertos en Biología describen como autótrofos a los seres que son capaces de generar sus propios alimentos orgánicos en base a la síntesis de sustancias de carácter inorgánico.
En nuestro planeta podemos encontrar un amplio número de organismos que pertenece al conjunto autótrofo. Así ocurre, por mencionar un caso puntual, con las cianobacterias fotosintéticas, las bacterias púrpuras y las denominadas bacterias verdes del azufre. De acuerdo a los especialistas, las bacterias autótrofas tienen la capacidad de obtener carbono al fijar el dióxido de carbono.
A partir de la teoría, también es sencillo identificar como autótrofas a las plantas, ya que gracias al proceso de fotosíntesis que las lleva a aprovechar la energía del sol para sintetizar sustancias pueden elaborar su propio alimento. Si extendemos la noción, alcanzaremos a ubicar en este conjunto a diversas clases de vegetación, donde no pueden faltar los árboles. Y para ser más precisos, diremos que cuando la energía surge de la fotosíntesis, quienes llevan a cabo el proceso se clasifican como fotoautótrofos. En el caso de los organismos quimioautótrofos, la energía se obtiene a partir de sustancias inorgánicas reducidas y el dióxido de carbono se valora como fuente de carbono.
Algunas clases de algas, asimismo, están contempladas como parte del grupo de los autótrofos.
Es interesante tener en cuenta que, así como en la Tierra hay formas de vida autótrofa, también hay organismos que se caracterizan por ser heterótrofos. Es decir, no cuentan con los medios para desarrollar materia orgánica valiéndose de elementos inorgánicos. Esto ocurre, por ejemplo, con los leones, los perros, los canguros, etc.