Ejemplos de catalizadores
El concepto de catalizador es utilizado por los expertos en Química para identificar al cuerpo que tiene la capacidad de generar una transformación catalítica. Se trata de una sustancia, que puede ser simple o compuesta, capaz de influir en la velocidad o en el desarrollo de una reacción química sin involucrarse en el resultado final.
En un laboratorio, por describir una posibilidad, donde se desea sintetizar amoníaco en base a nitrógeno y a hidrógeno, un catalizador posible puede ser el hierro. Este elemento, de acuerdo a los especialistas, se enmarca en el grupo de los catalizadores heterogéneos.
Las nanopartículas de platino, por su parte, si están dispuestas en estructuras de carbón algo más grandes pueden funcionar como electrocatalizadores: al entrar en contacto en una pila de combustible con uno de los electrodos, la velocidad con que se reduce el oxígeno se incrementa.
Resulta interesante tener en cuenta además que, en múltiples procedimientos industriales y síntesis de carácter orgánico, se tiene en cuenta como catalizador heterogéneo al níquel Raney, un sólido resultado de una aleación que incluye níquel y aluminio y una solución de hidróxido de sodio concentrada. También es un catalizador heterogéneo el llamado catalizador Lindlar, obtenido a partir de paladio precipitado en carbonato de calcio y con un tratamiento de acetato de plomo que sirve, por ejemplo, para lograr la hidrogenación estereoselectiva de alquinos.
Distinto es el caso de los llamados biocatalizadores, ya que en este conjunto aparecen las vitaminas, las enzimas y las hormonas que pueden, en una reacción bioquímica propia de los seres vivos, reducir o incrementar la energía de activación.