Ejemplos de formación reactiva
Para comprender qué y cómo es una formación reactiva es necesario tener al menos conocimientos básicos sobre Psicoanálisis. En este marco, la expresión identifica al proceso por el cual algo formado en el inconsciente del individuo influye en el desarrollo de síntomas.
De acuerdo a la teoría, se desencadena como una manera de defenderse frente a la pulsión que perturba, ya que la persona elabora una reacción frente a la manifestación de su anhelo o deseo para poder protegerse. En la práctica, las formaciones reactivas se reconocen como actitudes, costumbres o comportamientos opuestos a la intención del deseo que se reprime. Expresado de otra manera, la formación reactiva surge cuando se identifica una intención, deseo o conducta que puede llegar a ser dañina o negativa y se transforma la actitud haciendo lo contrario a aquello que se experimenta.
Ya con la información concreta repasada, podemos ofrecer como ejemplos de formación reactiva distintas situaciones que pueden ocurrir en la vida real.
Alguien con pulsiones inconscientes de carácter exhibicionista puede llegar a tener como formación reactiva una fuerte sensación de pudor.
Un individuo histérico con pulsiones agresivas, por su parte, puede tener como formación reactiva una conducta de extrema dulzura con sus hijos, sobrinos, nietos, etc, que esconde sus verdaderos impulsos y deseos.
También entra en juego la formación reactiva cuando, para frenar arranques de egoísmo y contrarrestar el espíritu materialista, una persona realiza acciones de beneficencia para mostrarse solidaria, sensible y comprometida con el prójimo, por señalar otra posibilidad a modo de referencia.