Ejemplos de líquidos
Los líquidos son fluidos que nos acompañan incluso desde antes de llegar al mundo, ya que durante el embarazo el feto está rodeado por líquido amniótico. Al crecer, el agua se transforma en un líquido vital para mantener a nuestro organismo hidratado en todo momento (además de consumir agua mineral en nuestro hogar podemos hallar esta sustancia en ríos, mares, charcos, etc). El líquido sinovial, el líquido cefalorraquídeo, la orina y el líquido preseminal son otros líquidos asociados al cuerpo humano.
Claro que existen además otras clases de líquidos que no se relacionan con el consumo ni con la anatomía del hombre. Así sucede, por ejemplo, con el líquido de frenos que se utiliza en el frenado hidráulico de camionetas, motocicletas y automóviles para que la presión ejercida sobre el pedal de freno se transmita por circuito cerrado a los cilindros de freno de las ruedas. El líquido corrector, por otra parte, es un producto de color blanco que se coloca sobre hojas de papel para tapar y poder corregir un error al escribir, mientras que el etilbenceno se caracteriza por ser un líquido incoloro e inflamable que forma parte del petróleo, las tinturas, las pinturas, los insecticidas y el carbón.
La tinta que se utiliza para escribir y para realizar tatuajes sobre la piel; el vinagre que utilizamos para neutralizar olores, limpiar objetos y cocinar; la saliva presente en la cavidad bucal de numerosas especies animales para facilitar la masticación y deglución de alimentos, y la acetona que se aprovecha como disolvente son otras alternativas que demuestran la gran diversidad que existe en materia de líquidos.