Ejemplos de modales
Los modales, según establece la teoría, son conductas y acciones que un ser humano desarrolla a lo largo de su vida dejando en evidencia su mala o buena educación, según cada caso.
Los buenos modales incluyen gestos de cortesía y respeto, como el de saludar al llegar a un lugar aún cuando uno no conozca a la gente que está presente, el de solicitar algo pidiéndolo por favor y agradeciéndolo, el de ceder el asiento en un transporte o sitio público a alguien que lo necesita más que uno (un anciano, una mujer embarazada, un discapacitado, un niño pequeño) y el de cuidar el vocabulario para no ofender ni molestar a nadie y, en caso de hacerlo de manera involuntaria, saber pedir disculpas.
Claro que, lamentablemente, también se observan en la vida cotidiana muchos malos modales que atentan contra la convivencia y el buen gusto, dejando al descubierto una falta absoluta de interés por el prójimo y hábitos groseros que, en numerosas ocasiones, se adquieren desde edad temprana en el propio hogar por no encontrar en los mayores buenos ejemplos dignos de imitar.
Hablar cuando se tiene comida en la boca, masticar con la boca abierta o ingerir bocados de gran tamaño que superan la capacidad de la boca son algunos malos modales que deben corregirse si se quiere causar una buena impresión. Escupir, arrojar residuos en la vía pública ensuciando y contaminando de este modo el ambiente, toser o estornudar sin taparse las vías respiratorias de manera adecuada, no tener la costumbre de pedir por favor ni de dar las gracias cuando corresponde, chuparse los dedos tras disfrutar una rica comida y ser impuntual son otros ejemplos de malos modales.