Ejemplos de modalizadores
Para poder encontrar o crear ejemplos de modalizadores es fundamental saber primero en qué consiste este concepto y dónde y cómo se traduce en la práctica. En primer lugar, hay que saber que se trata de una noción vinculada al lenguaje, a la forma en que alguien construye un discurso o texto en función de la objetividad o subjetividad que posea.
Al aprender a usar y a aprovechar los modalizadores discursivos, lograremos diferenciar una descripción objetiva de la realidad y una opinión simplemente prestando atención a las palabras que emplea el autor para contarnos algo, aún cuando busque confundir al lector o al oyente disfrazando un punto de vista en una supuesta verdad.
Hay, entre otros, modalizadores discursivos de carácter apreciativo donde quien escribe o habla se permite incluir un juicio de valor. Así sucede, por ejemplo, con palabras como lamentablemente o afortunadamente. “Se derrumbó un árbol en plena avenida pero, afortunadamente, no se registraron heridos”, “Lamentablemente, pese al esfuerzo de los médicos, el joven no resistió y falleció en la madrugada de hoy”.
Los modalizadores discursivos de duda, por otra parte, dejan al descubierto una falta de seguridad en el contenido del texto o discurso: “Dudo que se pueda jugar el partido si continúa esta lluvia torrencial”, “El perro sigue decaído, tal vez lo más aconsejable sea consultar al veterinario”, “Hace varios días que no me llama mi hijo, probablemente se haya ofendido o quizás no tenga tiempo libre para comunicarse…”.
Los modalizadores discursivos de posibilidad o imposibilidad, en cambio, permiten desarrollar expresiones como “Es imposible que lo haya contado mi hermana porque la única que tenía esa información era yo”, “No creo que esté en condiciones de jugar tan pronto: si lo hace, es posible que se resienta de su lesión”.