Ejemplos de nanomateriales
Para poder distinguir entre múltiples elementos a los nanomateriales, primero es necesario recordar que, según la teoría, estos productos surgen a partir de la aplicación de la nanotecnología y presentan, por lo tanto, tamaños específicos.
Según se desprende de la práctica, cada vez hay más nanomateriales que permiten mejorar múltiples diseños y materiales.
Una compañía española con respaldo chino, por señalar un caso particular que sirve para comprender qué y cómo es un nanomaterial, trabaja para abastecer al mercado con una moderna batería de grafeno destinada a coches eléctricos, drones, teléfonos móviles y otros artefactos. El grafeno, detallan los especialistas, es un nanomaterial similar al grafito que está compuesto por carbono puro y posee átomos distribuidos en un patrón hexagonal de estructura regular. Este elemento se caracteriza por su elasticidad, su dureza y por su elevada conductividad tanto en materia eléctrica como térmica.
La nanocelulosa cristalina, por su parte, es un nanomaterial obtenido en base a la compresión de fibras vegetales, aunque también es interesante saber que puede conseguirse mediante cultivos naturales ya que hay bacterias capaces de producirlo de manera autónoma. De acuerdo a quienes investigan sus propiedades, este elemento podría multiplicar ocho veces la resistencia del acero y utilizarse en un futuro cercano, por ejemplo, para desarrollar pantallas de aparatos electrónicos.
En el último tiempo, por agregar más información sobre el tema, un grupo de investigadores hizo experimentos con ácido poliláctico y nanopartículas de sílice hasta hallar un nanomaterial ideal para las tareas de restauración de edificaciones históricas porque, además de ser hidrófobo, es biodegradable.