Ejemplos de poríferos
Para poder entender qué y cómo es un porífero, es fundamental tener conocimientos sobre Zoología, ya que así describe esta ciencia a los animales espongiarios.
Se trata de un filo que abarca a organismos acuáticos invertebrados comúnmente conocidos como esponjas, de acuerdo a la teoría.
En fondos rocosos del mar Mediterráneo y en las aguas profundas del océano Atlántico, por ejemplo, es posible descubrir a una clase de porífero perteneciente a la familia Spongiidae bautizada como esponja de caballo o esponja común.
Es interesante saber además que, dentro del filo Porifera, aparece una clase de esponjas definidas como calcáreas que poseen un esqueleto mineral conformado por espículas de carbonato cálcico que se cristaliza en forma de aragonito o calcita. Según estimaciones de expertos en el tema, hay en la actualidad alrededor de 400 especies de esta familia considerada como el conjunto de esponjas más primitivo.
Las esponjas vítreas, por su parte, son organismos marinos que se enmarcan en la clase de hexactinélidos, cuyas estructuras corporales suelen tener apariencia de vaso y engloba tejidos celulares y sincitiales.
De buscar más precisiones en torno al grupo de los poríferos, también ganará relevancia la clase de las demosponjas, a la cual pertenecen la mayor parte de las esponjas marinas y las esponjas grandes de arrecifes. Una de las integrantes de este conjunto es la esponja de barril (Xestospongia Testudinaria) englobada en la familia Petrosiidae.
Distinto a ellos es el caso de los arqueociatos, un grupo vinculado a las esponjas que, en comparación a otras especies, tuvieron una existencia breve en el periodo Cámbrico y no se sabe con exactitud si eran poríferos o con filo propio.