Ejemplos de productos intangibles
Se considera que algo es intangible cuando, por alguna razón, no puede ser tocado o apreciado de manera física. A partir de esta definición, es posible reconocer numerosas cosas intangibles.
De hacer foco en las propuestas presentes en el circuito comercial, por citar una posibilidad, podremos advertir la existencia de múltiples productos intangibles.
Por no poder ser percibidos con precisión y resultan abstractos, los elementos que se describen como intangibles, a diferencia del conjunto definido como tangible, no pueden ser contados, sometidos a una enumeración seriada ni almacenados en un espacio físico. Además, no requieren un sistema de distribución ni pueden ser patentados, así como tampoco pueden ser probados antes de la compra, la contratación o el pago del servicio en cuestión.
Los servicios de mantenimiento para electrodomésticos u objetos similares que necesiten un seguimiento técnico para prolongar su vida útil, la señal de televisión por cable, la cobertura de un plan de salud, un hosting (tal como se conoce al almacenamiento de sitios web), los seguros para automóviles, una conexión a Internet, el software y el plan de asesoría de un profesional (que puede ser contador, abogado, arquitecto, etc.) son algunas de las propuestas que entran dentro de la categoría de productos intangibles.
Contratar un servicio de capacitación en una temática o área determinada, los paquetes turísticos ofrecidos por una agencia de viaje y la opción que ofrecen diversos medios de comunicación y empresas para suscribirse a un boletín digital son otras de las alternativas contempladas dentro del grupo de los elementos intangibles.