Ejemplos de productos orgánicos
En los últimos años, los consumidores han comenzado a hallar en el circuito comercial diferentes tipos de productos orgánicos, es decir, propuestas desarrolladas de manera ecológica y natural, sin necesidad de emplear químicos ni de hacer un uso irracional de los recursos obtenidos del medioambiente.
Esta clase de mercadería, indican los expertos en estas cuestiones, le permite a quienes la producen mantener sustentable el suelo durante largas temporadas debido a que, al no usar pesticidas, fertilizantes artificiales ni preparados sintéticos, no se contamina ni erosiona la superficie, mientras que al consumidor no sólo le garantiza el acceso a productos saludables avalados por una certificación que prueba su carácter orgánico sino que también le permiten a quienes se preocupan por el cuidado del planeta ser coherentes con su mentalidad ecologista.
De querer acceder hoy en día a alimentos que estén certificados como orgánicos, se podrá optar por productos como las pasas de uva, las aceitunas, las manzanas, el algodón, la lana, los chocolates, ciertos quesos, determinados aceites, el azúcar, la soja, algunas clases de galletitas, fideos, mermeladas de diversos sabores, la leche y los pepinos, por citar algunas de las numerosas alternativas que, a nivel internacional, ya han sido adaptadas a las normativas orgánicas.
Cabe resaltar que, más allá de promocionar varios productos como orgánicos, no todos lo son por completo. Para ser cien por ciento orgánico, la mercadería no debe haber sido afectada en ningún momento por químicos o materiales que no se consideren orgánicos: por ejemplo, la leche obtenida de una vaca que ha estado medicada o no recibió alimentos orgánicos, no puede ser considerada orgánica por completo.