Ejemplos de protozoos
Para poder saber qué y cómo es un protozoo es fundamental tener conocimientos sobre Zoología ya que, de acuerdo a la teoría, con este término se describe a los organismos de tamaño microscópico que están formados por una única célula o bien por una colonia conformada por células idénticas entre sí.
Teniendo presente esta definición podemos reconocer dentro de este conjunto a la ameba, un organismo de apariencia cambiante que puede vivir tanto en tierra como en agua y alimentarse a partir de partículas en proceso de descomposición o al capturar seres más pequeños que ella.
Como parte de este grupo también es posible señalar a los paramecios, protozoos ciliados carentes de flagelos que suelen observarse en entornos de agua dulce estancada donde abunda la materia orgánica.
Al profundizar la información sobre este tema aparecen además como opciones a tener en cuenta los casos del parásito Plasmodium falciparum (una especie popular en África subsahariana que atenta contra la vida humana por generar la modalidad más peligrosa de la malaria, provocar anemia y producir el denominado paludismo terciario maligno) y de las noctilucas (organismos unicelulares marinos que son parte de los protistas dinoflagelados). El Trichomonas tenax, por su parte, se caracteriza por ser un protozoo flagelado que suele vivir como parásito en la cavidad bucal del ser humano, mientras que el Trypanosoma evansi tiene la particularidad de ser un protozoo hemoflagelado que infecta a animales como búfalos, camellos y caballos, llevando a muchos de ellos a la muerte. El protozoo Blastocystis hominis, por agregar otro ejemplo, trastorna la vida de anfibios, reptiles, roedores, aves, animales de granja y seres humanos por generarles, entre otros problemas, espasmos abdominales, náuseas, anorexia y diarrea.