Ejemplos de redes conceptuales
Todo estudiante, a la hora de memorizar datos, asimilar ideas y relacionar conocimientos, tiene a disposición una herramienta de gran utilidad a la hora de aprender y prepararse para un examen (cualquiera sea la disciplina o temática en cuestión): las redes conceptuales.
Como la misma expresión lo deja advertir, se trata de un recurso que invita a relacionar o a generar vínculos entre distintas ideas o nociones. Se trata, tal como se advierte al observar una red conceptual ya terminada, de un gráfico o diagrama compuesto de recuadros y flechas conectados entre sí en base a una coherencia o hilo conductor.
Para que contribuya al estudio, claro está, la red conceptual debe estar bien desarrollada y ser precisa en las relaciones generadas entre cada elemento. Lo ideal, pues, es comenzar a vincular ideas a partir de un concepto central y, desde él, iniciamos la distribución de flechas y cuadros que expandan la temática.
Por citar un caso hipotético: De querer armar una red conceptual simple focalizada en el reino animal, podremos partir de la palabra ‘animales’ y, desde allí, sacar recuadros que permitan conocer a las especies nucleadas en este reino, a las familias que forman parte de este enorme conjunto y clasificarlos según corresponda como vertebrados, invertebrados, herbívoros, omnívoros, carnívoros, salvajes, domésticos, etc. Con este esquema (cuanto más completo, mejor), el estudiante tendrá la posibilidad de fijar ideas mientras elabora la red y, una vez completado el proceso, tendrá a disposición un material claro y organizado para asimilar y recordar datos que enriquezcan sus conocimientos generales.