Ejemplos de resiliencia
Muchos seres vivos, elementos y sistemas presentan la capacidad de resiliencia, una característica que les permite adaptarse y recobrar su estado original tras exponerse o experimentar perturbaciones o condiciones adversas.
Según se advierte al repasar sus campos de aplicación, este concepto está presente en la Psicología, la Sociología, el Derecho, el Urbanismo, el ámbito artístico, la Ingeniería y la Ecología, por ejemplo.
En la vida del ser humano hay muchos acontecimientos que resultan traumáticos. En esos marcos difíciles de drama, carencias, desesperación, estrés, dolor y situaciones límite, la resiliencia es el mejor recurso para salir adelante más fortalecido que antes de afrontar un hecho complicado. Tener metas a corto, mediano y largo plazo, encarar la realidad con la mayor fortaleza posible y la convicción de que uno hará todo lo posible por superar ese trance y confiar en que el tiempo pondrá todo en su lugar si nosotros hacemos nuestra parte son parte de las herramientas que nos llevan hacia la resiliencia.
Frente a un diagnóstico que derrumba a toda una familia como sucede, por ejemplo, cuando alguien tiene cáncer o al ser víctima de desastres como un terremoto o una inundación, la resiliencia se evidencia cuando, de a poco, se avanza por la vida con ganas de disfrutar y valorar cada instante, descartando lo malo y realzando lo bueno y positivo del día a día. La resiliencia nos ayuda a reconstruir lo dañado, a renacer con fuerza, a darle sentido a nuestra existencia y a superar los miedos y traumas para continuar la vida con más sabiduría, optimismo, tranquilidad y seguridad.