Ejemplos de saludos formales
Cuando nos vinculamos con amigos, familiares y pares solemos apelar a saludos informales basados en el cariño, la relación cercana y la confianza, pero en ámbitos laborales o en situaciones específicas que requieren distancia, cortesía y seriedad es necesario apelar a los saludos formales, ya sean por escrito o de manera personal, para demostrar buena educación, corrección y respeto.
“Estimado Sr/Sra.”, “Lo saludo cordialmente”, “Estimado Dr/Dra.”, “Lo saluda atentamente” o “Saludos cordiales” son parte de las fórmulas más comunes a la hora de redactar un mensaje (que puede ser enviado por correo postal, personalmente o vía correo electrónico) que exija una muestra de respeto y cortesía hacia alguien superior o con quien no mantengamos un vínculo estrecho (un profesor, el dueño de una empresa, una autoridad de gobierno, un cliente, un abogado, una persona de edad avanzada o un médico, por indicar algunas posibilidades a tomar como referencia).
Por lo general, en los saludos formales siempre se trata de usted a la persona a la cual nos dirigimos no solamente por la edad del receptor sino también por su cargo o, simplemente, por la falta de familiaridad entre ambas partes. De ser un encuentro cara a cara, expresiones como “¡Qué gusto verlo, señor X! ¿Cómo se encuentra?”, “Doctor, gracias por venir, es un honor recibirlo en mi institución…”, “Ha sido un gusto compartir esta velada con usted, señora, gracias por haber venido”, “Le agradezco su presencia, estimado colega…” o “Estimada señorita Y, es un placer verla nuevamente…” pueden ir acompañadas por un apretón de manos o un beso delicado en la mano, según corresponda en cada caso, por parte del anfitrión.