Ejemplos de sólidos amorfos
Lo resaltamos tiempo atrás: no existe una única clase de sólidos. Como ya detallamos en otra oportunidad cómo son los sólidos cristalinos y qué objetos pueden señalarse como parte de este conjunto, hoy decidimos ampliar la información sobre estos elementos haciendo foco en el grupo de los sólidos amorfos.
Antes de comenzar a enumerar objetos de esta clase, resulta importante resaltar que en ellos las partículas se presentan de manera desordenada y su apariencia no refleja un formato concreto, con líneas bien definidas. Tampoco en estos productos existe un punto de fusión establecido. Teniendo presente estos detalles, será más sencillo reconocer a los sólidos amorfos, muy empleados en el campo de la construcción por sus características, frente al resto de los materiales.
Como parte de los sólidos amorfos, piezas que se pueden hallar en condiciones naturales o bien fabricar de modo artificial por medio de técnicas como la fundición templada, podemos mencionar a algunas piezas más conocidas que otras para la mayoría de la gente, entre las que aparece el vidrio (material muy popular a nivel mundial que se obtiene al fundir diferentes elementos pero que también puede llegar a encontrarse en estado natural) y ciertas variedades de plásticos. Junto a ellos se encuentran además el pentasulfuro de diarsénico, el hollín (o bien el carbono amorfo en general) y los elastómeros (tal como se conoce a los polímeros amorfos con gran capacidad para poder deformarse), por describir otras alternativas que demuestran la diversidad de elementos que se nuclean dentro de este grupo de sólidos.