Ejemplos de tensión superficial
Los expertos en Física apelan a la expresión “tensión superficial” al trabajar con un líquido ya que denominan así a la cantidad de energía que se requiere para incrementar la superficie de la sustancia por unidad de área.
Más allá de la información que nos proporcione la teoría, resulta interesante analizar la tensión superficial desde la práctica porque es un modo didáctico, simple y rápido de comprender qué fenómenos o situaciones surgen por influencia de la tensión superficial.
Como en la tensión superficial intervienen fuerzas relacionadas a las moléculas, se puede observar por ejemplo que ciertos insectos consiguen avanzar por la superficie del agua sin llegar a caer en el interior ya que la tensión superficial tiene el mismo valor que el peso del ejemplar que posa sus patas en el líquido. Tomando el agua como referencia para otro experimento simple que cualquiera de nosotros puede llegar a realizar en el hogar, podemos establecer que al introducir en ella un clip (o una aguja de acero con la capacidad de flotar a raíz de la tensión superficial, por mencionar otro caso posible), el nivel de líquido se incrementa pero, a la vez, la tensión superficial impide que el agua se derrame y que el pequeño objeto quede sumergido.
Más allá de los fenómenos descriptos líneas arriba, es interesante resaltar que la tensión superficial, sumada a las fuerzas que surgen entre líquidos y los sólidos que toman contacto con ellos, hace posible el proceso conocido como capilaridad, el cual produce elevaciones o contracciones en base a si se moja o no el sólido en cuestión.