Ejemplos de textos dramáticos
En EjemplosDe.com.mx ya hemos ofrecido referencias prácticas de muchas clases de textos a fin de que ustedes puedan reconocer a qué categoría corresponden las obras que leen y crear por sí mismos trabajos en función de cada clasificación. En esta ocasión, con el propósito de complementar los datos anteriores y ayudarlos a ampliar sus conocimientos, haremos foco en las particularidades de los textos dramáticos.
Vale la pena destacar que, en el ámbito literario, cuando se alude a un texto dramático no se busca describir el contenido conmovedor o duro de un escrito (como podría serlo una nota periodística donde se refleje el testimonio de la única sobreviviente de un atentado, por citar una posibilidad) sino a una propuesta pensada para ser representada frente al público, tal como ocurre con las obras teatrales.
Al profundizar en esta categoría uno descubre que se pueden elaborar comedias, tragedias y dramas a partir de monólogos o diálogos. Con estas referencias como base, a continuación ofreceremos una muestra de un material que bien podría concebirse como un texto dramático por su estructura y contenido:
“En el interior del coche, rumbo al cumpleaños de la abuela materna:
Nieto de la agasajada: – Mamá, ¿hoy va a estar Mickey en la casa de la abu y nos vamos a disfrazar como en mi fiesta?
– No, hijo, la abuela ya está grande: hoy es una reunión más seria.
– ¿Entonces me voy a aburrir?
– ¡No! Van a estar tus primos para jugar y vas a poder comer cosas ricas.
– ¿Y qué muñeco le vamos a regalar?
– No hijo, le compré ropa porque ella no se divierte con juguetes a esta altura de su vida.
– Ma… ¿cuando crezca como la abuela voy a ser aburrido porque me quedé sin mis muñecos?
– ¡Ay, hijo, ya llegamos, después te explico en casa!
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Tocan el timbre del hogar. Sale la cumpleañera a la puerta para recibir a su familia. Su nieto de cinco años, enojado y con brazos cruzados.
– Hola amor mío, ¡gracias por venir, hermoso de la abu! ¿No estás contento?
– Feliz cumpleaños. ¿Hiciste torta?
– ¡Claro! ¡Y nos vamos a divertir mucho!
– No creo. Mamá dijo que los grandes son serios y que a los altos como vos no les gustan los juguetes.
– ¡Tu mamá no quiso decir eso! Pero vení, sentate acá que te voy a contar historias divertidas de cuando yo era chiquita como vos…
El niño, con los ojos bien abiertos y gesto de asombro: – ¡Wooow! ¡¿Me vas a contar tus aventuras con los dinosaurios?!…………”