Ejemplos de uniones covalentes
La teoría indica que una unión covalente es aquella que se produce cuando un par de átomos (por lo general, no metálicos) comparte electrones de valencia para generar estabilidad en dicho enlace a partir de la disminución de energía de las partes involucradas.
Hay, según los expertos, varias clasificaciones dentro de este grupo, pero para evitar las explicaciones complejas y hacer foco directamente en la práctica, a continuación brindaremos como ejemplos de uniones covalentes varias referencias puntuales de átomos que se unen.
Es posible reconocer un enlace covalente polar simple, por menciar una posiblidad, en la composición del cloruro de hidrógeno, donde un átomo de hidrógeno se acopla con un átomo de cloro.
La molécula de hidrógeno, por su parte, al estar compuesta por un par de átomos de un mismo elemento sirve como muestra de los enlaces covalentes no polares. En la molécula de cloro sucede algo similar, ya que el enlace covalente permite que dos átomos de cloro se mantengan unidos.
Frente al dióxido de carbono el asunto es algo más complejo porque se trata de un enlace covalente coordinado, también conocido como dativo. En este caso, un único átomo aportan los dos electrones que se comparten.
Para mayor orientación, podemos incluir también en esta descripción de enlaces o uniones covalentes al agua (H2O), al gas oxígeno (O2), al gas nitrógeno (N2), al fluoruro de nitrógeno (NF3) y al metano (CH4), aunque si uno profundiza en esta temática no tardará en advertir que hay muchos otros ejemplos de uniones covalentes de distintas características.