Ejemplos de oxidación
La oxidación, ese proceso que se produce en un elemento cuando se oxida, es un estado al que se llega cuando el oxígeno o cualquier otro agente oxidante genera óxido al reaccionar con una sustancia. Según el vocabulario propio del campo de la Química, esto surge cuando un átomo o ion pierde electrones, una circunstancia que, por un lado, hace oxidar a una determinada sustancia y, por otro, lleva a que otra se reduzca.
El oxígeno, por ejemplo, puede desencadenar la oxidación de la glucosa en la respiración aeróbica. En contacto con el oxígeno, además, una manzana experimenta una oxidación que se puede advertir a simple vista ya que la fruta adquiere una tonalidad amarronada.
Por otra parte, hay que destacar que cuando un metal se oxida se inicia un proceso de corrosión, es decir, de una destrucción paulatina de los cuerpos metálicos por acción de diversos agentes externos.
Más allá de los ejemplos citados, hay que tener en cuenta que también existe la oxidación de alcoholes (la cual forma compuestos carbonilos y permite obtener aldehídos en el caso de los alcoholes primarios y cetonas en el caso de los alcoholes secundarios), la oxidación de ácidos grasos (mecanismo indispensable para que los organismos aeróbicos consigan energía metabólica), la oxidación asimétrica catalítica (técnica que permite oxidar varios sustratos para generar un producto enantioméricamente puro), la oxidación en semiconductores (que puede ser de tipo húmedo o seco, aunque la más utilizada es la oxidación térmica) y la oxidación celular (también llamado estrés oxidativo), entre muchas otras clases de oxidación.