Ejemplos de iones
Un ion, dice la Real Academia Española (RAE), es un átomo o un grupo de ellos que, ya sea por pérdida o ganancia de uno o más electrones, adquiere una determinada carga eléctrica.
Cuando un ion posee carga negativa recibe el nombre de anión, mientras que si se trata de un ion con carga positiva se presenta bajo la denominación de catión. Si los iones de distinto signo, es decir, con cargas contrarias, se captan mutuamente y se atraen, se produce un enlace iónico. Cuando esto sucede, los compuestos iónicos forman redes cristalinas conformadas por iones de carga opuesta que se unen por fuerzas electroestáticas.
Por lo general, dicen los expertos, el conjunto de aniones está compuesto por no metales, aunque hay excepciones donde se aprecia la presencia de metales. Como ejemplos concretos de aniones pueden citarse al fluoruro, al cloruro, al cromato, al fosfato, al nitrato, al sulfuro y al hipoclorito, aunque la lista sigue.
Por su parte, los cationes tienen la particularidad de formarse a partir de metales aunque, tal como sucede en el conjunto de los aniones, también hay ocasiones en las cuales intervienen los no metales. Bajo la denominación de catión pueden citarse a elementos químicos como el sodio (al cual puede hallarse en forma iónica en el océano, donde se presenta en grandes cantidades), el potasio, el calcio, el magnesio, el aluminio, el hierro, el cobre, el plomo, el zinc, el mercurio, el manganeso, el cobalto y el níquel, por enumerar a los más conocidos por el común de la gente.