Ejemplos de palabras parónimas
La relación semántica que se puede establecer entre dos o más palabras que al pronunciarlas suenan de modo similar (incluso, en ciertos casos, pueden tener idéntica pronunciación) pero poseen escritura y significado distintos se conoce como paronimia.
En la lengua española, como podrán advertir al profundizar en la etimología de los vocablos del idioma español, existen numerosos casos de palabras parónimas, aunque en esta oportunidad sólo nos limitaremos a citar algunos ejemplos para facilitar el proceso de comprensión de la teoría y ayudar a identificar sin mayores inconvenientes a los parónimos que forman parte de nuestro vocabulario cotidiano.
El conjunto de vocablos parónimos abarca, entre muchos otros, a maya (integrante de la civilización que habitó la zona conocida como Mesoamérica) y malla (tejido, red, bañador); a tasa (acción de tasar, es decir, fijar de modo oficial el precio máximo o mínimo de una mercancía) y taza (vasija pequeña que se emplea para tomar líquidos); a masa (mezcla para realizar distintos alimentos y/o una magnitud física que permite expresar la cantidad de materia que contiene un cuerpo) y maza (instrumento duro que se utiliza para machacar especias); a cazar (perseguir distintos animales para capturarlos, venderlos o matarlos) y casar (contraer matrimonio) y a hora (tiempo que equivale a sesenta minutos) y ora (alguien que reza o invoca a Dios, ya sea de forma oral o mental).
Más ejemplos de parónimos:
Pisa – Pizza (Odio cuando mi hermana pisa mis dibujos / Me encanta la pizza de cebolla)
Hola – Ola (¡Hola, amigos! / Una ola gigante atemorizó a los turistas)
Vote – Bote (No vote en blanco / ¿Vamos a pasear en bote?)
Roza – Rosa (Cuidado, ese mantel roza la estufa / Mi novio me sorprendió con una romántica rosa)