Ejemplos de flexibilidad
Se dice que algo posee flexibilidad (término derivado del vocablo latino flexibilĭtas) cuando es flexible, es decir, cuando puede modificarse o alterarse sin necesidad de realizar grandes esfuerzos.
Esta cualidad puede apreciarse tanto al observar objetos específicos como al analizar situaciones concretas. Incluso, es posible calificar de flexible a aquellos individuos y/o normativas que no se ajustan a dogmas, métodos o reglas estrictas.
En base a su definición téorica y al uso que se le da a esta palabra dentro del idioma español, por lo tanto, pueden identificarse múltiples categorías que se desprenden de su significado más general, como sucede por ejemplo con flexibilidad mecánica (destinada a describir los esfuerzos realizados y los resultados obtenidos en relación a un sólido con posibilidades de cambiar su forma a partir de la manipulación), flexibilidad muscular (reservada a resaltar las transformaciones de los músculos a raíz de los ejercicios de tonificación y elongación) y flexibilidad laboral (expresión que contempla contratos blandos, carentes de disposiciones rigurosas que sometan a los empleados a condiciones de trabajo severas).
A continuación, algunas oraciones citadas como ejemplo que permiten apreciar cuál es el uso que se le da, en la vida cotidiana, a la noción de flexibilidad.
“Ante la crisis, las autoridades proponen el modelo de flexibilidad financiera”
“La flexibilidad de los horarios me permite cursar las materias que me faltan para completar la carrera sin dejar de trabajar”
“Ese formato le brinda a los consumidores una mayor comodidad y flexibilidad en el uso del dispositivo”
“Si no demuestra flexibilidad en su accionar, el diálogo jamás llegará a buen puerto”
“Se reunieron para tratar cuestiones referentes a la flexibilidad laboral y la mejora de los salarios”