Ejemplos de maleabilidad
Se denomina maleabilidad a la condición de maleable. Ahora bien, ¿qué significa el concepto de maleable? Según la Real Academia Española (RAE), maleable es todo material que puede cambiar de aspecto y longitud sin llegar a quebrarse ni a sufrir roturas. Si se aplica a un individuo, entonces este término indica que el sujeto puede ser convencido o persuadido de algo sin mayores esfuerzos y, por lo tanto, resulta muy influenciable.
Ya con ambos vocablos definidos, se puede establecer que la maleabilidad está relacionada a la docilidad, la flexibilidad y la elasticidad que puede presentar un determinado producto en estado sólido.
El oro, por citar un caso en particular, es uno de los metales más maleables. Gracias a su maleabilidad, dicen quienes trabajan con este elemento, es posible obtener panes de oro, tal como se conoce a las finas láminas que suelen aplicarse como detalle ornamental en diversas clases de obras artísticas.
El carácter maleable también se extiende al aluminio (por eso, por ejemplo, se puede conseguir a partir de él varios metros de papel aluminio, de mucha utilidad al cocinar y conservar productos alimenticios), al platino (en base al cual se fabrican piezas de joyería), a la plata (material de múltiples alcances ya que es empleado por orfebres y se reserva también para usos médicos, químicos y electrónicos, entre otros) y a la aleación de cobre, zinc y otros metales que se conoce como latón (el cual presenta diversas variantes, cada una con sus propias singularidades ya que hay algunos latones que se vuelven maleables sólo si están expuestos a temperaturas elevadas y otros que la maleabilidad la reflejan en frío), aunque si uno investiga con mayor profundidad a nivel general advertirá que existen muchos otros materiales que se destacan por su maleabilidad.