Ejemplos de karma
El concepto de karma (una palabra que deriva del sánscrito y se traduce como acción, ejercicio o hecho) está muy presente en el ámbito religioso y guarda relación con la espiritualidad, independientemente de la fe o el culto que uno profese.
Según se cuenta, ciertos credos hindúes consideran que el karma es una energía que se acumula a lo largo de las diversas vidas que uno tiene y que influye en las respectivas reencarnaciones de un ser hasta que éste consigue alcanzar la perfección.
A partir de esto, se sostiene que cada individuo puede optar entre el sendero del bien o avanzar por un camino equivocado, pero siempre debe tener presente que todas sus acciones implican consecuencias. Así, entonces, quienes creen en los karmas (noción que también puede asimilarse como una fuerza de tipo espiritual) aseguran que uno sufre lo mismo que, en una vida anterior, le hizo padecer a otros.
Por ejemplo: si en la actualidad alguien es víctima de una injusticia o atraviesa un drama personal, los cultores del hinduismo pueden considerar que es el karma que se arrastra desde una vida pasada por haber provocado, en ese entonces, el mismo nivel de daño o mal que sufre ahora. De igual modo, si un hombre parece ser el más afortunado de todos porque no deja de acumular satisfacciones personales y tener a la buena suerte de su lado, se piensa que es la recompensa por haber sido bondadoso en otras vidas.
Claro que, más allá de su carga religiosa, este término también se emplea en otros ámbitos en referencia a algo difícil, complicado o complejo. A continuación, ejemplos de uso que ayudan a comprender mejor los alcances de esta palabra:
“En esta ciudad, viajar es un verdadero karma”
“El karma de Deportivo Góndola: Mascotas Juniors volvió a golearlo como visitante”
“La artista no se puede librar de su karma: otra vez tuvo que suspender la gira por razones políticas”