Ejemplos de paradigmas
A nivel general, se suele usar la idea de paradigma para describir a algo que resulta ejemplar o es tomado como ejemplo o referencia. En el área propia de la lingüística, en cambio, este término derivado de un vocablo latino que, a su vez, tiene origen en una palabra griega identifica a cada esquema formal que organiza a ciertas palabras y hace referencia al recurso que permite contextualizar a varios elementos de diversa naturaleza. Ejemplo de esta última interpretación: “El ……… no se sentía cómodo allí”, una oración que admite la inclusión de múltiples sustantivos sin perder sentido ya que se la podría completar con ‘individuo’, ‘bebé’, ‘joven’, ‘muchacho’, ‘perro’, ‘animal’, etc.
Cabe resaltar que, según la forma de aprovechar la noción y el contenido que se le atribuya, se puede hablar de paradigmas científicos (los cuales dan la pauta de lo que debe ser foco de observación para la ciencia y qué estructuras o procedimientos seguir para obtener resultados concretos tras una investigación bien desarrollada), paradigmas religiosos (marcan bases o criterios para interpretaciones de asuntos vinculados a la fe) y de paradigmas de programación (que pueden ser de carácter funcional, declarativo, lógico, imperativo, etc.), por citar algunos paradigmas posibles.
De hacer foco en el ámbito económico, por proponer una posibilidad diferente que permita apreciar los alcances del concepto, adquirirá relevancia un modelo distinto a los mencionados líneas arriba ya que existe una teoría impulsada a partir de 1980 por el economista John Dunning que se conoce con el nombre de Paradigma Ecléctico.