Ejemplos de funciones del lenguaje
Se entiende por funciones del lenguaje a las diferentes aplicaciones que puede tener la palabra según el propósito o interés de la persona que la pronuncia o escribe.
De acuerdo a varios lingüistas, estas funciones pueden catalogarse de diversas maneras y dar lugar, por ejemplo, a funciones representativas (las cuales emiten datos con objetividad), expresivas (capaces de reflejar emociones y sentimientos) y apelativas (compuestas por órdenes, sugerencias o mandatos).
También se aceptan funciones poéticas, fáticas y metalingüísticas, además de conceptos como función locutiva (en reemplazo de la representativa), ilocutiva (para sustituir la expresiva) y perlocutiva (o conativa).
Valiéndose de cada definición, es posible encontrar en las situaciones cotidianas ejemplos de las distintas funciones que se le atribuyen al lenguaje. Cuando alguien dice “Montevideo es la capital de la República Oriental del Uruguay” o “La oftalmología es una especialidad médica que estudia las patologías oculares”, le otorga a sus dichos una función representativa, mientras que frases como “Me emocionó ese video” o “Te extraño” son ejemplos de funciones expresivas.
“Bajá el volumen del televisor” y “Si te vas, cerrá la puerta con llave”, en cambio, son oraciones de perfil apelativo, a diferencia de expresiones como “Jamás me habían sorprendido tanto, ¿sabes?” o “No quiero que esto vuelva a ocurrir, ¿ok?” que demuestran intenciones fáticas.
Al hacer mención al propio lenguaje y aclarar cuestiones al respecto (tal como puede ocurrir al señalar “Verbo primero se escribe con ‘v’ y luego con ‘b’” o “Agua es una palabra de cuatro letras”), asimismo, se trata de un fin metalingüístico.
Cabe resaltar que, en ocasiones, las funciones se combinan y el mensaje adopta múltiples propósitos ya que, por ejemplo, uno puede manifestar lo que le ocurre y, al mismo tiempo, solicitar que se termine o que se vuelva a repetir la acción (“No dejes que sufra de nuevo”, “Dejá de hacerme sentir culpable”).