Ejemplos de pragmatismo
Con origen en el vocablo inglés pragmatism, la palabra pragmatismo refiere, en líneas generales, al estilo de alguien que adopta o posee una actitud de carácter pragmático, es decir, que enfoca sus esfuerzos en lo práctico antes de detenerse en la teoría.
A nivel filosófico, este concepto hace alusión a un movimiento surgido hacia el fin del siglo XIX en territorio estadounidense. Esta antigua corriente, impulsada por William James, John Dewey y Charles Sanders Peirce, propone hacer hincapié en los alcances prácticos de las ideas o pensamientos y llama a considerar como verdadero sólo a aquello que puede ser aplicado con éxito y, por su utilidad, sirve para la vida real.
Para un individuo pragmático, cualquier conocimiento no es enriquecedor sino que sólo importa y es válido aquel al cual se lo puede aprovechar desde un punto de vista práctico y concreto.
Así, entonces, se puede decir que el pragmatismo invita a priorizar el sentido práctico de las cosas para poder, a partir de esa actitud, avanzar, progresar y transformar algún aspecto de la vida sin estancarse en la acumulación de saberes que no pueden ser aplicados y utilizados en la realidad.
Por describir un ejemplo posible que ayude a entender de manera sencilla qué significa la idea de pragmatismo:
– Guiado por su espíritu pragmático, el intendente de una región, más allá de pertenecer a un cierto partido político y tener una ideología formada, no cierra las puertas a iniciativas impulsadas por otras agrupaciones políticas ya que prefiere analizar alternativas prácticas y beneficiosas para gestionar su distrito lo mejor posible y no limitarse a actuar siempre en el marco de un lineamiento político cerrado.