Ejemplos de plan de trabajo
Para cumplir todos los compromisos asumidos (ya sea a nivel laboral o estudiantil), evitar olvidos o pasar por alto asuntos importantes, respetar plazos y concretar los objetivos planteados en un primer momento, es fundamental la organización. En este marco, elaborar un plan de trabajo que incluya todas las acciones necesarias para el cumplimiento de una meta es una gran opción.
El plan de trabajo, que puede abarcar desde iniciativas para el corto, mediano o largo plazo según el alcance que desee darle quien lo arme, sirve para ordenar ideas, priorizar objetivos, orientar estrategias y tener siempre presente el proyecto sobre el cual se trabaja.
Este recurso, tal como se desprende de la práctica, le sirve a las empresas para organizar sus actividades con tiempo (y saber con anticipación entonces qué se necesita para concretar con éxito un propósito en particular a cumplir en un lapso determinado) y a los particulares (docentes/alumnos, por ejemplo, para proyectar y llevar el control de los tiempos en relación a los objetivos que posea cada uno).
Para sacar el mayor provecho de esta herramienta, es recomendable decretar tiempos (hacer un plan de trabajo semestral o anual, por citar dos posibilidades), tener en claro qué se desea conseguir y contemplar acciones o actividades que puedan ser realizadas con los medios que se tienen al alcance. Si no es realista o no cumple el carácter de alcanzable, la planificación perderá valor.
Por ejemplo: dentro de una empresa recién creada que necesita ganarse un lugar en el mercado y hacer conocer sus productos, puede crearse una planilla segmentada en varias filas y columnas para puntualizar objetivos (como el de lanzar una marca, convocar distribuidores, abrir sucursales en el interior), describir las actividades que ayudarán a cumplir las metas (realizar una fiesta de lanzamiento, impulsar estrategias de marketing), fijar los tiempos para cada ítem y mencionar los resultados que se esperan.