Ejemplos de reacciones físicas
Una reacción puede desencadenarse por diversos motivos y surgir, por lo tanto, como consecuencia de factores físicos o químicos. Se dice que una reacción es física cuando, por ejemplo, genera alteraciones o cambios en el organismo. Que se aceleren los latidos del corazón frente al hombre o a la mujer de nuestros sueños; que nos agarren escalofríos al tener frío o transpirar cuando estamos nerviosos o muy abrigados son algunas realidades que sirven a la hora de explicar en qué consisten las reacciones de carácter físico.
En base a este significado se puede llegar a la conclusión de que una reacción física se manifiesta en el cuerpo modificando de manera temporal ciertas variables (como la temperatura o la presión) a raíz de un estímulo que puede presentarse en cada oportunidad con mayor o menor intensidad.
La ansiedad, el nerviosismo, el estrés, el hecho de protagonizar una discusión fuerte, la desesperación, una depresión y el miedo son algunas de las circunstancias que producen, en personas de cualquier edad, múltiples reacciones físicas que además de los signos mencionados líneas arriba pueden incluir una suba de la presión arterial, palpitaciones, resequedad en la boca, urticaria, caída del cabello y/o disminución considerable de peso, según se advierte al analizar episodios concretos. Estas reacciones, por lo general, surgen y se van de manera espontánea, aunque en ocasiones el cuadro puede volverse complejo y combinarse con otras reacciones y derivar, por lo tanto, en un problema de salud que exige alguna clase de control o tratamiento médico.