Ejemplos de reticencia
Para comprender ejemplos de reticencia, lo primero que uno tiene que hacer es saber la definición teórica de este término que tiene su origen en el vocablo latino reticentĭa. Consultar el diccionario de la Real Academia Española (RAE), es la opción más apropiada para obtener datos concretos de buena fuente.
Ahora bien, ¿cómo presenta la RAE a esta noción? En primer lugar, la interpreta como la condición de resistirse a revelar un todo, es decir, de ocultar o callar aquello que podría (o debería) ser revelado. Asimismo, la acepta como sinónimo de desconfianza y de discreción y, en tercer lugar, la vincula al campo de la Retórica. En este último caso, se describe a la reticencia como la figura que invita a no completar una frase o a evitar aclaraciones pero dejando en claro el sentido de aquello que se ha ocultado.
Como la definición tal vez no resulte tan sencilla de entender, intentaremos aclarar un poco más el funcionamiento de la reticencia como recurso de la retórica a través de oraciones:
“Ella es exitosa, divina, líder, en cambio yo… ya lo habrás advertido”
“Sus ojos me hipnotizan, su voz me atrapa, su figura me cautiva. Mejor no sigo, porque si no…”
Por otra parte, complementaremos el artículo con otras oraciones generales que sirven como ejemplos de uso en relación a los otros significados de la palabra.
“En ciertos sectores sociales se advierte una marcada reticencia a los cambios educativos impulsados por las autoridades”
“Es común la reticencia a los cambios”
“Pese a su reticencia inicial, el actor aceptó protagonizar la polémica obra”