Ejemplos de venenos
Desde pequeños nos enseñan que la idea de veneno está asociada a algo malo. Aunque no sepamos detalles sobre estas sustancias dañinas crecemos vinculando al veneno con el peligro y la necesidad de tomar precauciones.
Ahora bien: los venenos se encuentran en distintas partes, poseen múltiples orígenes, tienen diferentes intensidades y derivaciones diversas, unas más graves que otras. Por eso es interesante aprender más al respecto y distinguir, al menos, a aquellos que podrían llegar a representar un riesgo para nuestra integridad física en función de nuestras actividades, nuestro lugar de residencia, etc.
El elemento químico conocido como mercurio, por ejemplo, exige cuidados en su manipulación y evitar exponerse a él debido a que posee propiedades venenosas. También es un veneno el cianuro, una sustancia peligrosa para el medio ambiente y muy dañina para los seres vivos. De buscar otras opciones, podremos reconocer además al arsénico y a sus derivados, todos productos tóxicos que generan cuadros graves a partir de la ingesta o el contacto con ellos.
La planta bautizada como cicuta (muy similar por apariencia al hinojo y al perejil), asimismo, es considerada venenosa. Si bien ha llegado a tener usos medicinales, no se recomienda el contacto con ella por su gran toxicidad. Una mínima ingestión de sus frutos, según sostienen los expertos, es suficiente como para causar la muerte de una persona.
Y si hablamos de venenos, no podemos dejar de hacer referencia a las serpientes. Las mambas, las serpientes de coral y las cobras son parte de las especies más venenosas y, por lo tanto, temibles.