Ejemplos de variedades lingüísticas
Al estudiar una lengua uno llega a advertir la existencia de variedades lingüísticas dentro de un cierto país, es decir, diferentes formas de pronunciar palabras respetando el idioma. La región en la cual uno vive, la clase social a la cual pertenece así como el nivel de educación y la edad son variables que influyen y condicionan estas variedades de la lengua.
La prosodia, la construcción gramatical, el registro lingüístico y la fonología permiten establecer diferentes categorías en materia de variedades lingüísticas. A continuación, a fin de ayudarlos a entender mejor el significado de esta expresión, ofreceremos ejemplos concretos para que puedan ser tomados como referencia.
Si nos centramos en suelo español, por proponer una alternativa específica, podremos reconocer múltiples dialectos. Uno de ellos es el andaluz, una variedad lingüística del idioma castellano que posee relevancia histórica. Se lo habla en ciudades como Melilla, Andalucía y Ceuta, así como también en la región de Gibraltar. En ciertas regiones, por ejemplo, quienes hablan en andaluz presentan yeísmo y pueden prescindir de letras como la ‘d’, la ‘r’ y la ‘l’ al pronunciar o escribir palabras que terminan con alguna de estas consonantes.
En las islas Canarias, en cambio, se habla una variedad lingüística definida como español meridional o atlántico. En ella es posible advertir como rasgos distintivos el seseo, la “aspiración” de la letra ‘s’ cuando aparece al final de la palabra y la marcada pronunciación de la combinación ‘c-h’ (que a menudo se confunde con el sonido de la ‘y’), entre otros.