Ejemplos de caos
En la vida cotidiana solemos utilizar el concepto de caos para hacer alusión a un desorden o a una desorganización. Por citar algunas situaciones que nos llevan a emplear este término:
– Al entrar al dormitorio de su hija adolescente, una mujer encuentra ropa sucia en el piso, papeles sobre la cama, libros fuera de la biblioteca y objetos varios entorpeciendo la circulación. “¡Organizá ya tu habitación porque es un caos!”, le ordena.
– Un automovilista tiene una reunión de trabajo en pleno centro de la ciudad y, pese a salir de su hogar con tiempo, no logra llegar a horario al compromiso asumido debido a la intensa circulación de vehículos y a que tuvo que desviarse del camino a raíz de múltiples protestas vecinales que no permitían el paso de los coches. “Perdón por la demora, había un caos de tránsito terrible”, se disculpa.
– “No sé qué hacer, mi vida es un verdadero caos: me quedé sin trabajo, no me renuevan el contrato de alquiler y mi hijo repitió tercer grado”, puede lamentarse una persona que, de repente, se enfrenta a numerosas dificultades.
– “Hoy tengo el pelo hecho un caos”, dice alguien que, producto de la humedad y otros factores, luce un cabello enredado, con frizz y sin brillo.
Más allá de estas aplicaciones, el vocablo se aprovecha dentro de la mitología para describir al estado primario del cosmos infinito que antecede a las fuerzas fundamentales y dioses. También da nombre a una película norteamericana que dirigió Tony Giglio en 2006 y a una teoría que se considera dentro de la Física y la Matemática y está vinculada a los sistemas dinámicos.