Ejemplos de coenzimas
Los expertos en Bioquímica definen como coenzimas a los componentes orgánicos no proteínicos que se localizan en una enzima y que tienen participación en la reacción catalizada por ella.
Los datos específicos permiten destacar en ellas su propiedad termoestable, su masa molecular baja y su capacidad para donar o aceptar electrones durante la catálisis.
Sin ánimos de confundir ni de apelar a términos difíciles de comprender para el lector común, a continuación describiremos las coenzimas más comunes para que todos puedan informarse, interesarse en el tema y aprender qué es, cómo es y para qué sirve una coenzima.
La coenzima B, por ejemplo, resulta fundamental para cada reacción redox de la metanogénesis microbiana y su molécula incluye en su conformación un grupo tiol. La coenzima A, por su parte, cumple un rol importante en la oxidación de ácidos grasos y en la biosíntesis. Asimismo, la coenzima Q se destaca por transportar electrones en el marco de la cadena de transporte electrónico y en aceptar otros de la beta-oxidación de ácidos grasos y la síntesis de nucleótidos. También hay coenzimas M, con un grupo tiol y otro sulfonato.
Las FAD, en cambio, son coenzimas que tienen participación en las reacciones metabólicas de oxidación y reducción. Su nombre completo es Flavín adenín dinucleótido.
Además de las mencionadas líneas arriba, se pueden destacar las coenzimas Flavín mononucleótido (FMN) y las Nicotinamida adenina dinucleótido (en su variedad oxidada se conoce como NAD+ mientras que en su modalidad reducida se menciona como NADH), para tener mayores referencias al respecto.