Ejemplos de codominancia
Para comprender de manera sencilla en qué consiste la codominancia y poder hallar referencias prácticas del concepto primero es necesario tener presente qué es un alelo. Según los expertos en Biología, así se conoce a cada gen del par que posee la misma ubicación en cromosomas homólogos. Los alelos permiten establecer un mismo nivel de organización o un rasgo idéntico, como sucede por ejemplo con la tonalidad de los ojos de un individuo.
La codominancia, en este marco, se registra cuando en un genotipo aparecen dos alelos distintos con capacidad idéntica para manifestarse: por esto, ninguno resulta dominante pero tampoco recesivo.
Por señalar un caso que refleja la codominancia: se realiza el cruzamiento entre una flor dominante de tonalidad rojiza y otra planta, también dominante, de tono blanco. El resultado de este procedimiento controlado es una nueva flor que presenta características de ambas y luce un color rosado, es decir, se combinaron los colores dominantes sin que predomine ninguno en particular. De modo similar y siguiendo esta misma lógica de cruzamientos, puede plantearse que un cachorro canino luce pelaje color gris como consecuencia de la cruza de una hembra con genes dominantes con pelaje blanco y un perro macho también con alelos dominantes de pelo negro.
Otra posibilidad para estudiar la codominancia, esta vez teniendo en cuenta el grupo sanguíneo. Una persona con antígenos AB (donde se advierte una codominancia entre los alelos A y B) no podría, salvo que se produzca un fenómeno excepcional, tener un descendiente con alelo de tipo O.