Ejemplos de cliché
En la vida cotidiana, muchas veces apelamos al concepto de cliché para hacer alusión a una expresión, pensamiento, palabra o lugar común cuyo valor se relativiza por estar demasiado utilizado, formulado o repetido. Pero al consultar el diccionario, advertimos además que este término derivado de un vocablo francés permite identificar a las tiras reveladas de una película fotográfica compuesta por negativos y, en el campo de la imprenta, se emplea como sinónimo de clisé, tal la denominación reservada para las planchas clisadas que simbolizan a algún grabado.
Dirijamos la atención a las propuestas del séptimo arte: en muchas películas encontramos escenas que bien podrían encuadrarse en la categoría de cliché por estar repetidas y utilizadas hasta el cansancio, de ahí que sean previsibles. A nadie le asombra, por ejemplo, que la heroína o el héroe se queden con la persona de sus sueños; que el o la protagonista organicen un viaje para olvidar sus problemas o desamores y justo en ese marco conozcan al amor de sus vidas; los malos de la película nunca son efectivos al disparar porque no suelen matar al protagonista, etc.
Si hacemos foco en expresiones o deseos cotidianos, por otra parte, encontraremos un amplio abanico de ejemplos para entender qué es un cliché. Por señalar algunos: “No sos vos, soy yo” (o la misma versión según el país: “No eres tú, soy yo”), “Te quiero pero como amig@”, “Encontré a mi media naranja”, “No somos nada” y “Todos, tarde o temprano, iremos a parar al mismo lugar”, pero si nos ponemos a evaluar el lenguaje para cada circunstancia (un funeral, una cita romántica, etc) no tardaremos en tomar conciencia la cantidad de clichés que adoptamos a la hora de expresarnos.