Ejemplos de dedicatorias
A veces no se valora tanto el obsequio en sí que uno recibe sino la dedicatoria que lo acompaña. Unas breves palabras pueden hacer la diferencia, por eso nunca hay que descuidar el detalle de las dedicatorias al momento de regalarle algo a alguien.
Un humilde ramito de flores con una dedicatoria que diga “Para la mujer de mi vida, en el día de su cumpleaños. Con amor, Rubén” es diez veces más valioso que un ostentoso ramo de rosas sin dedicatoria que se envía sólo por compromiso.
La dedicatoria que se plasma en un libro también logra que ese ejemplar sea único. El responsable de ese texto desarrollado de ‘puño y letra’ puede ser el autor de la obra o quien ha decidido regalarla. Por señalar dos posibilidades: una escritora le puede hacer llegar a una amiga un ejemplar de su más reciente novela con la dedicatoria “Gracias por haberme ayudado a gestar esta historia: ¡la dejo en tus manos para que la disfrutes! Te quiero mucho, J.” / El día en que se lanza la biografía del futbolista que más admira su hijo, un padre compra un ejemplar y, antes de hacerlo llegar a las manos de su descendiente, plasma la siguiente dedicatoria en la primera hoja en blanco: “Ojalá este libro te permita conocer más y mejor a tu ídolo. ¡Sumalo a la colección de tu futuro museo! Te ama, papá”.
Con lágrimas en los ojos y la emoción a flor de piel, asimismo, una cantante que asiste a una ceremonia de premiación conmueve al público presente con una dedicatoria muy especial: “Le dedico este reconocimiento a mi amado esposo que, como muchos de ustedes saben, está luchando contra una grave enfermedad. Fue él quien me animó a venir hoy y a continuar con mi carrera. Te amo, Steve…”.