Ejemplos de deshonestidad
La teoría indica que la deshonestidad es lo contrario a la honestidad. Es decir, alguien es deshonesto cuando no actúa con decencia, ética, decoro ni con rectitud.
A toda edad y en diversas situaciones se pueden cometer actos de deshonestidad. En el ámbito académico, por ejemplo, es deshonesto que un alumno falsifique las firmas de padres o tutores, que se copie durante un examen y que intente pasar por propio u original un texto que ha sido plagiado, entre otras acciones.
También en muchas relaciones de pareja aparece la deshonestidad. Cuando una de las partes no es sincera con la otra, esconde información, simula sentimientos y apela a las mentiras para justificarse o evitar confesar la verdad, se habla de deshonestidad.
La deshonestidad en el plano laboral, por otra parte, abarca conductas y acciones como las de robar, mentir y engañar por parte de los empleados, quienes en su condición de deshonestos son capaces de hurtar dinero u objetos del lugar de trabajo sin importar que acusen a otros, falsificar documentación y hasta beneficiar a la competencia filtrando información.
Los reiterados casos de corrupción que ya se han comprobado en la Justicia, los escándalos por enriquecimiento ilícito y otros problemas similares de repercusión mundial, asimismo, han llevado a la población a formarse una mala imagen de la clase política. Es común, por lo tanto, que se acuse a los gobernantes de actuar con deshonestidad al mentir, engañar y estafar al pueblo y que muchas personas estén convencidas de que nadie que se dedique a la política y acceda a un cargo es honesto.