Ejemplos de densidad
Para la Física, la densidad es la magnitud que expresa la relación que existe entre la masa y el volumen de un cuerpo. Su unidad, consideran los expertos, es el kilogramo por metro cúbico. Si se profundiza al respecto es posible descubrir también la llamada densidad relativa, la cual surge al comparar la densidad de una determinada sustancia con la densidad de otra que se toma como referencia.
En cambio, la Fotografía entiende a este término como el factor que lleva a una imagen a ennegrecerse en una emulsión fotográfica, mientras que el campo de la informática considera que la densidad es el número de bites que puede ser registrado en un sistema de almacenamiento de memoria.
Lejos de estas acepciones, se puede hablar de densidad de población (reflejada por la cantidad de individuos de una misma especie que viven en una unidad de superficie) y de densidad óptica (el grado de absorción de luz que se logra en un medio transparente).
Para entender en la práctica qué significa esto de la densidad, evaluemos el siguiente ejemplo basado en un experimento simple que cualquier individuo puede realizar en su hogar:
Al llenar dos vasos idénticos con la misma cantidad de agua pero con el detalle de agregar bastante sal en uno de ellos, es posible observar dos fenómenos distintos si se introduce en ambos un huevo.
De estar en el vaso sin sal, el huevo se irá al fondo, mientras que en el otro logrará flotar. ¿La razón? Existen, en este caso, dos fuerzas que actúan sobre el huevo: el peso y el empuje. Este último está determinado por tres factores: la densidad, la gravedad y el volumen del cuerpo.
Cuando el huevo flota es porque el agua salada es un líquido más denso que el agua pura, característica que lleva a generar un empuje mayor hacia el huevo y a superar su peso.
Esta propiedad también explica el hecho de que resulte más sencillo flotar en el mar que en una piscina.