Ejemplos de mesetas
La teoría establece que una meseta puede ser tanto una planicie de gran extensión ubicada a una cierta altura respecto al nivel del mar como también una parte de superficie horizontal donde terminan los distintos tramos de una escalera. En una plaza de toros, además, es posible reconocer a la meseta del toril como el área llana sobre el chiquero.
De hacer foco en las particularidades geográficas de la Península Ibérica, por señalar un caso puntual, podremos identificar a la Meseta Central, una zona ladeada levemente en dirección al océano Atlántico donde prima un clima mediterráneo continentalizado.
En territorio argentino, en tanto, se encuentra la Meseta Patagónica, una región que se localiza en la porción sur del continente americano y que se extiende por alrededor de 600 mil kilómetros cuadrados.
En Asia Oriental, por describir otra clase de meseta, aparece la meseta del Tíbet (o meseta Tibetana-Qinghai, como también se la conoce). Esta superficie rodeada por elevadas cadenas montañosas tiene la particularidad de ser, según los expertos en cuestiones geográficas y geológicas, la meseta más grande y alta a nivel mundial.
La meseta de Somuncurá (un área natural protegida de Argentina), la meseta de Artigas situada en Uruguay, la meseta de Transilvania (localizada en Rumania), la meseta del Columbia ubicada en territorio norteamericano, la estrecha y alargada meseta de Bagua atesorada en Taiwán, la meseta de Gilf Kebir compartida por Libia y Egipto, y la meseta francesa de Gravelle son otros lugares distribuidos por el mundo que invitan a descubrir desde la realidad qué y cómo es una meseta.