Ejemplos de taylorismo
Los expertos en cuestiones económicas definen como taylorismo a la modalidad de trabajo que apunta a incrementar la productividad a partir de la mayor división posible de funciones, controlando al máximo el tiempo que requiere cada actividad y buscando personal especializado y capacitado para cada tarea. En la práctica, este concepto se vincula a la idea de producción en cadena.
Las secuencias, los procesos, el cronometraje para cada acción evitando así las pérdidas de tiempo y un método de motivación para conseguir el máximo rendimiento son las claves del taylorismo.
Cabe destacar que en los últimos años, a partir del avance de la tecnología, ganó relevancia la expresión “taylorismo informático”, también conocido como taylorismo digital. En este marco, se alude a la organización laboral global a nivel profesional y técnico mediante la digitalización de tareas intelectuales y creativas para reemplazar así los razonamientos y decisiones humanas con programas informáticos compuestos por protocolos de decisión preestablecidos, la competencia mundial en relación al salario, la reducción de las jornadas laborales por no requerir empleados ante la informatización de las tareas y la deslocalización.
A lo largo de la Historia, además, el taylorismo comenzó a aplicarse a nivel doméstico para que el trabajo en el hogar fuera productivo y útil a fin de conseguir que las mujeres resolvieran lo más rápido posible las cuestiones del hogar (la limpieza de los ambientes y artefactos, la preparación de la comida, el orden general, el lavado y planchado de ropa, etc) y les quedara tiempo para otros empleos.