Ejemplos de aerosoles
Los aerosoles son productos que resultan familiares para la mayoría de la gente ya que prácticamente en todos los hogares hay uno. Estos dispositivos que, al activarlos, disparan partículas que se dispersan en el aire hasta llegar, con fines determinados, a una superficie, suelen encontrarse en farmacias, pinturerías, comercios que ofrecen productos de limpieza, etc.
En la vida cotidiana, por describir situaciones donde los aerosoles adquieren relevancia, se los suele tener en cuenta a la hora de higienizarnos y aplicarnos desodorante, ya que con estos aerosoles podemos perfumar nuestras axilas y mantenerlas libres de transpiración durante varias horas. Para fijar un peinado o darle otra tonalidad de manera temporal, hay gente que hace uso de aerosoles cosméticos conocidos asimismo como spray.
También podemos pintar un ambiente de nuestro hogar o realizar un grafiti valiéndonos de aerosoles que dispersen pintura de distintos colores. A la hora de cocinar, los aerosoles con sustancias anti-adherentes (aceites vegetales) son ideales para distribuir sobre una sartén en reemplazo del aceite tradicional.
Los árbitros de fútbol, por su parte, utilizan un pequeño aerosol que al accionarlo tira espuma, para marcar sobre el campo de juego la ubicación de las barreras y del lugar donde un jugador debe patear la pelota para reanudar el juego.
Muchas empresas comercializan aerosoles que tienen el propósito de aromatizar y/o desinfectar superficies: aplicando una mínima cantidad de producto o pulverizando de manera general en una zona específica, ya se puede lograr el objetivo de eliminar hongos y bacterias, o bien de dejar un rico aroma en el ambiente.