Ejemplos de arbustos
Al dirigir nuestra mirada hacia un parque o jardín tenemos la posibilidad de distinguir árboles de distintas especies, plantas y arbustos que aportan color, aroma y belleza natural al entorno.
Si nos guiamos por la teoría, deberemos interpretar al arbusto como una planta de carácter perenne y altura variable que posee tallo leñoso y ramas desde su base. En la práctica, se lo puede definir de manera informal como una planta grande y profusa o un árbol de dimensiones más pequeñas en relación a la media que se espera de un árbol.
Son parte del conjunto de los arbustos, según se desprende al analizar la vegetación, especies como la lila (nativa de Persia y con flores muy bellas y vistosas), la adelfa (arbusto que integra la familia de las Apocináceas, florece durante la temporada estival y es venenoso) y la jara (perteneciente a la familia de las Cistáceas, muy abundante en los montes españoles), por mencionar algunas a modo de referencia.
Por si los ejemplos anteriores no resultan suficientes para poder tener una noción más precisa de los arbustos, a continuación incluiremos otros: olivillo (parte de la familia de las Cneoráceas), taray (de la familia conocida como Tamaricácea, típico de las zonas cercanas a un río), murtilla (originario de Chile, con hojas de tamaño pequeño, flores de tonalidad clara y frutos rojizos), boj (perteneciente a la familia de las Buxáceas, muy empleado con fines ornamentales), laurel alejandrino (del grupo de las Liliáceas, originario de Alejandría y cultivado a nivel internacional en la actualidad).