Ejemplos de asimilación
El acto de asimilar (es decir, de comprender, procesar o incorporar algo) se define como asimilación.
De buscar referencias teóricas sobre este término uno encuentra numerosas aplicaciones, algunas más sencillas de comprender que otras.
La asimilación de alimentos, por ejemplo, hace foco en un proceso interno que permite transformar carbohidratos, proteínas y nutrientes varios de los alimentos consumidos en sustancias fáciles de absorber por parte del organismo. Hay algunas personas que, a raíz de su metabolismo, no consiguen asimilar determinados productos alimenticios. Quienes padecen el síndrome de color irritable, por indicar una posibilidad, padecen inconvenientes gastrointestinales que no les permiten asimilar los nutrientes de los porotos, las lentejas, los garbanzos, etc.
En el proceso de aprendizaje, por otra parte, es posible encontrar casos de estudiantes con dificultades relacionadas a la asimilación de contenidos, es decir, por múltiples factores no consiguen comprender y, por lo tanto, no logran dominar por completo el tema o los conceptos planteados por el docente.
Algo más complejo de entender para el común de la población es el proceso de la asimilación genética, explicado por algunos genetistas como la respuesta de carácter fenotípico que se evidencia en algunas especies en función de factores ambientales puntuales que asimila el genotipo por medio del sistema de selección natural.
Desde la Psicología, por otra parte, se interpreta la asimilación como el acto de acomodarse y aceptar la realidad que le toca a cada uno para poder seguir adelante, por ejemplo, tras un episodio traumático. Por describir un caso: un matrimonio que viaja junto a su pequeño hijo en un coche que protagoniza un accidente de tránsito producto por el cual el niño pierde la vida, necesita asimilar todo lo ocurrido para poder procesar la realidad y realizar a partir de allí el duelo como corresponde.