Ejemplos de bienes
Un bien, dice la Real Academia Española (RAE), es un patrimonio, hacienda o caudal, aunque el término también se extiende a otros ámbitos y puede ser entendido, por ejemplo, como una realidad que posee un valor positivo que la vuelve estimable.
Cabe destacar además que, si se lo antepone a un adjetivo o adverbio, actúa como sinónimo de muy (“La fiesta terminó bien tarde”, “El cuadro te ha quedado bien lindo”, “Esta prenda está bien cara”) y que, desde la perspectiva del Derecho, equivale a objetos materiales o cosas inmateriales.
Un coche, un sillón y una mesa, por ejemplo, son productos considerados como bienes duraderos porque tienen la particularidad de no consumirse en poco tiempo. Por el contrario, la gasolina, el agua y el gas son bienes no duraderos.
Una casa adquirida por una pareja durante su matrimonio, asimismo, constituye un bien ganancial, mientras que un monumento, los juegos de una plaza y hasta los fuegos artificiales con los que el Estado de un país hace iluminar el cielo durante una fecha patria son parte de los denominados bienes públicos.
Con el avance de la tecnología y el furor por los inventos nacidos en y para el ciberespacio, por otra parte, comenzaron a popularizarse los bienes virtuales, aquellos que se caracterizan por tener una existencia aparente, como lo puede ser un ramo de rosas o una tarjeta de cumpleaños por los cuales se paga una determinada cantidad de dinero y son enviados vía correo electrónico, mensajería instantánea o comunidad virtual.