Ejemplos de bosquejos
Un bosquejo es un boceto, esquema o diseño inicial y, por ende, no definitivo tanto de una obra pictórica como de cualquier producción creativa donde se aplique ingenio y/o conocimientos técnicos para la materialización concreta de las ideas del autor. El propósito de esta herramienta no es hacer una síntesis o crear un documento simbólico carente de importancia sino marcar un lineamiento estable, generar una aproximación hacia lo que se desea hacer, planificar los pasos a seguir y plasmar una base de trabajo para avanzar a partir de ella.
Además, la Real Academia Española (RAE) lo admite como un término que resume una idea vaga y no perfeccionada, tal como se desprende de expresiones como “Ya tengo un bosquejo de la novela que quiero elaborar: me pondré a trabajar en ello”, “Armé un bosquejo inspirado en lugares que quiero visitar, pero todavía no definí el destino del viaje”, “La organización del evento va demorada: apenas tienen un bosquejo del programa”.
Cuando uno investiga acerca del empleo de este vocablo y el uso que se le da puede hallar en la vida cotidiana numerosos ejemplos concretos, ya sea en textos como en diálogos y en ilustraciones de planos, caricaturas o representaciones básicas de cualquier objeto. Entre todos ellos, también puede encontrar a “Bosquejo de una teoría de las emociones” (un libro elaborado por el filósofo, dramaturgo y escritor francés Jean Paul Sartre) y a “Bosquejo de un viaje a una provincia del interior”, una obra desarrollada por el escritor y periodista español Enrique Gil y Carrasco.