Ejemplos de bullying
En los últimos tiempos, la realidad ha llevado a utilizar con frecuencia el concepto de bullying para describir lamentables episodios de acoso escolar.
Este término inglés se aprovecha para denunciar y hacer visibles casos de maltrato, ya sea físico como psicológico.
El bullying puede manifestarse de diferentes maneras y tener consecuencias diversas, incluso algunas fatales. Por eso es fundamental informarse y estar alertas para poder prevenir estos hostigamientos entre estudiantes o, llegado el caso, ayudar y resguardar a quien es víctima de estas prácticas violentas cada vez más extendidas a nivel mundial.
Del análisis de situaciones reales se deduce que el bullying comienza a desarrollarse con las más variadas excusas que jamás justifican las agresiones ni los actos discriminatorios.
Algunos niños o jóvenes son víctimas de bullying, simplemente, por ser alumnos aplicados y tener buenas calificaciones; otros, por tener sobrepeso, ser extranjeros, presentar alguna discapacidad o poseer algún tic. Incluso, han existido casos de bullying motivados por la “belleza física” de la persona agredida.
El bullying, o el acoso escolar, puede comenzar por burlas dentro del aula que van subiendo de intensidad con el correr de los días y derivar en una feroz golpiza fuera de la escuela.
Es víctima de bullying aquel que soporta en su lugar de estudio empujones, que es despreciado continuamente, que es provocado por pares y que, pese a no defenderse ni provocar a sus atacantes, padece cada vez situaciones más denigrantes y dañinas.
También es víctima de bullying el estudiante que resulta intimidado, perseguido y maltratado simplemente por tener alguna particularidad o un estilo de vida distinto al del resto de sus compañeros: ser tartamudo, lindo, extranjero (o tener el acento típico de otra región), de baja estatura, tener alguna cicatriz… Como resulta evidente, hay infinidad de variables que pueden llegar a ser aprovechadas para acosar a alguien en un marco estudiantil: detectar estas conductas violentas a tiempo, trabajar en campañas de concientización y prevención y ofrecer contención a las víctimas es imprescindible para enfrentar y revertir estos hechos entre escolares.