Ejemplos de cambios físicos
A los cambios físicos los podemos abordar desde el análisis de una materia o bien desde las variaciones que se evidencian en un ser vivo a lo largo de su existencia.
Cuando observamos un material, por ejemplo, tenemos la posibilidad de registrar en él cambios físicos que modifican su apariencia, formato o estado pero no su esencia o composición. Por ejemplo: si tenemos un cubo de hielo y le aplicamos calor, notaremos un cambio físico importante ya que el agua se derretirá, por lo tanto dejaremos de ver un sólido para tener frente a nosotros un líquido. Asimismo, es posible observar cómo un líquido adquiere un estado gaseoso debido a la acción del calor: si ponemos a hervir agua, llegará un momento en el cual empezará a pasar al estado gaseoso.
De asociar la expresión a un individuo, en cambio, seguramente registremos variaciones propias de la edad que ese sujeto posea o bien generadas por alguna intervención quirúrgica. Por ejemplo: a doce meses de haber llegado al mundo, un niño evidencia notorios cambios físicos respecto a su condición de recién nacido: su rostro da cuenta del paso del tiempo y su altura (talla) y peso también superan a las marcas inmediatas al nacimiento.
Una mujer que siempre se ha caracterizado por tener sobrepeso, por describir otra posibilidad, reflejará evidentes cambios físicos tras realizar tratamientos para combatir su obesidad y llegar, con un plan nutricional adecuado, a un peso acorde a su altura, contextura corporal y edad. También los cambios físicos son fáciles de reconocer durante el paso de la niñez a la adolescencia, periodo en el cual el organismo comienza a cambiar para dar paso a la madurez de los órganos sexuales, por ejemplo.