Ejemplos de cartas formales
A diferencia de las anotaciones destinadas a familiares y los mensajes románticos dedicados a personas amadas, las cartas formales presentan una estructura específica, se escriben con lenguaje serio, incluyen fórmulas o expresiones de cortesía y persiguen finalidades específicas. Al redactarse por motivos ceremoniosos y mantenerse la solemnidad en el mensaje, las cartas formales suelen conectar a un emisor y a un receptor que, tal vez, no se conocen o que, simplemente, están unidos por un vínculo marcado por los formalismos.
Por proponer un ejemplo:
Un novelista de renombre mundial elogia públicamente el texto de un alumno universitario incluido en la sección literaria de un periódico. Emocionado por este reconocimiento, el joven autor decide escribirle una carta formal para agradecerle sus palabras.
Entonces, frente a su ordenador, incluye el lugar y la fecha donde está escribiendo el mensaje (Montevideo, 20 de noviembre de 2014 por ejemplo) sobre el margen superior derecho. Después continúa con el encabezado, que podría llegar a ser “Estimado Sr. Mario Vargas Llosa:”.
El cuerpo del mensaje, dividido en párrafos, se compone de frases como “Me dirijo a ud. para hacerle llegar mi agradecimiento…”, “es un verdadero honor para mí que un escritor de su talla elogie mi desempeño…”.
Para el cierre, antes de imprimir la carta y completarla con su firma, reserva la expresión “Sin más, lo saluda atentamente”.
Otro caso hipotético que permite apreciar cómo es, en la práctica, una carta formal. La directora de una escuela rural decide enviar un escrito al presidente de la nación para solicitarle ayuda para continuar con el desarrollo social y educativo de la institución.
“Santiago de Chile, 30 de junio de 2098 / Señor Presidente José María Bompino Presente / Estimado Sr. Bompino: / Por medio de la presente le solicito tenga a bien analizar la situación actual de la Escuela Nº 707, institución que dirijo hace ya una década. He intentado que las autoridades municipales den soluciones efectivas para mejorar el edificio y satisfacer las necesidades de los alumnos que asisten a él pero hasta el momento no he tenido respuestas. Por eso me atrevo a escribirle a usted: los estudiantes necesitan ayuda y no contamos con fondos suficientes para afrontar el desafío…”