Ejemplos de caso fortuito
La expresión “caso fortuito” se utiliza, en la vida cotidiana, para describir a los eventos o sucesos que se desencadenan por azar, sin posibilidad de señalar a nadie como responsable de haberlos originado. Se trata de acontecimientos que resultan imprevisibles y que no tienen a alguien puntual como autor.
En el campo del Derecho, además, se entiende como casos fortuitos a los episodios que resultan ajenos a la voluntad de la persona, quien evade el acatamiento de obligaciones al respecto.
Por proponer una posibilidad que permita entender mejor qué es un caso fortuito: una persona conduce un automóvil a la velocidad permitida y cumpliendo todas las medidas de seguridad que exige la ley. Sin embargo, termina chocando contra un poste cuando, en medio del camino, se le cruza un perro al que quiere esquivar para no atropellarlo. Pese a sus esfuerzos, el animal resulta herido y él, provocando daños en su vehículo y en la vía pública.
Otra situación que bien puede enmarcarse como un caso fortuito: una familia mira televisión en el interior de su vivienda cuando, de repente, uno de sus integrantes se desvanece en cuestión de segundos. Al socorrerlo, sus familiares descubren que ha recibido en el costado de la cabeza (a la altura de la oreja) un impacto que, posiblemente, sea resultado de una bala perdida que ingresó desde la calle.
Tercer evento que puede definirse como un caso fortuito: un barrio sufre un apagón debido a que, en una noche de tormenta, un rayo dañó la central que abastece a la zona de energía eléctrica.